viernes, 31 de mayo de 2013

Excesiva sociabilidad y discriminación en la infancia y adolescencia

Excesiva sociabilidad y discriminación en la infancia y adolescencia

No hace falta ir demasiado lejos para recordar cómo de sensibles al contexto social se muestran los niños y adolescentes. Se tiende, además, a excluir a determinados individuos cuando se forman grupos, provocando el consiguiente sufrimiento.
Pues bien… una interesante investigación reciente, que instaba a niños y adolescentes a recordar las veces en las que excluyen y los motivos por los que lo hacen, revelaba  algunas claves de prevención y tratamiento de la exclusión social.
Por ejemplo parece que existen importantes diferencias según edad: los más jóvenes dicen no tener elección cuando excluyen a otros y lo hacen por simples razones prácticas, como “El juego en cuestión debe jugarse entre cuatro y el quinto no tiene cabida” o “mi amigo no quería que el otro jugase”.  En general intentan aparentar inocencia, a pesar de que la observación de su comportamiento desvela que los más jóvenes dejan fuera a otros a menudo de forma deliberada.
Con 17 años, sin embargo, se dan razones más concienzudas por las que no se siente afinidad con la persona que se excluye: “No la invitamos porque no piensa como nosotros”, resultó ser un comentario típico que mostraba cómo los grupos se definen mediante mecanismos de identificación y diferenciación tempranos.
En vista de los resultados puede que la clave para la no discriminación esté, ni más ni menos, en evitar el comportamiento excesivamente gregario de los más pequeños, en la educación de la responsabilidad y la independencia de criterio. Si enseñamos a los jóvenes a ser dueños de sus propios actos, dada la incapacidad que manifiestan para ello, quizás podamos mejorar el aspecto del mobbing, acoso escolar y el resto de problemáticas asociadas al tema que nos ocupa.  Todo parece favorable, dado que en positivo, cuando preguntamos a los adolescentes sí se muestran conscientes de las consecuencias de su conducta, como que la persona rechazada pueda no querer ser amiga en un futuro.
También parece que se intenta no pensar mucho en el asunto, estrategia que según los investigadores sirve para acallar la conciencia sobre las consecuencias emocionales de la exclusión. En muchos casos incluso se mencionan sentimientos de culpabilidad cuando se participa, a cualquier edad y por cualquier motivo, sea por la presión de los pares o alegando causas, en la exclusión de otros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario